sábado, 6 de septiembre de 2008

Ceremonia

A Juardith y Lety

Digamos que era sábado,
sólo por escoger un buen día de la semana.
El sol resplandecía,
era como un sol adolescente,
de esos que de un modo u otro,
logran que nos percatemos de su presencia.

El escenario era mítico,
años de historia, sudor y dinero
han pasado por ese peculiar templo del deporte,
el fantasma de Ruth y su monumento justo detrás de nosotros.

Dieciocho guerreros,
que se preparaban para saltar al terreno.
siendo partes inconscientes de una historia maravillosa,
pero ajenos a ella.

Los protagonistas,
dos de mis personas favoritas
(los tíos de los hijos que aún no tengo),
tal vez sin darse cuenta me otorgaron en ese instante,
uno de los mejores momentos de mi vida.

Vino entonces el momento esperado,
me toco ser por unos segundos maestro de ceremonia,
sin tener sotana fui cura,
así que tomé sus respectivos dedos
y coloqué en ellos el símbolo usual del matrimonio.

El Yankee Stadium se venía abajo,
Comenzó el partido.

JEM

1 comentario:

Unknown dijo...

para nosotros nada mejor que tu hayas sido el padre de la ceremonia, que sin ser ceremonia estaba llena de esa magia incomprendida pero poderosa del amor de familia, es ese sabor a desayuno en los domingos, o ese olor en la casa una mañana en la que ibamos de viaje, no se que ... pero estuvo presente en esos breves segundos.
Te queremos sin fronteras...