viernes, 29 de abril de 2016

Quien sabe


Hoy dijiste: “Me hubiese enamorado mucho de más de ese que escribía en tu blog” Después de tanto, yo con gusto te escribo, en el blog, en nuestro sofá, en nuestras desesperaciones, en tus sueños incontrolables, en nuestra vida por vivir, en ese lugar en donde sólo tu y yo existimos. De todas las historia, las que se escriben y las que se cuentan, la nuestra es la mejor, no por los aditivos, sino por los resultados. Nunca te agradecí por el hogar que creaste con tu llegada, te doy las gracias por los hijos que vienen y por la madre que serás, nunca imaginé lo lindo que sería escribirte mientras duermes en mis piernas. La verdad es que nunca imaginé, pese a todo, que se sentía ser verdaderamente feliz. Digamos que hoy por suerte te engañé. No le vendí dólares a ese Roberto, simplemente me regresaba algo que espero te haga feliz en unos cuantos meses, al final, solo quiero regresarte la felicidad de la cual llenaste mi vida. Felicidad es algo tan simple como mirar, pensar, sonreir y querer besarte, un abrazo es de locos y cada despertar el sentido de mi vida. La vida cobró sentido desde que me despiertas, con el respeto del pasado y de los errores, nadie iba a ser feliz si tu no estabas conmigo, así que aquí estamos, en esta, la que hicimos nuestra casa. Con cada granito, con cada mata, con cada sonrisa, con cada comida, con cada ducha, con cada sexo y sobre todo con cada sonrisa, que ya lo dije, pero desde que lo dije no se quita. Pensar que pasamos la vida pensando en la felicidad y al final pasan todos nuestros poetas y gana tu presencia, gracias por darme las ganas de seguir y por inventar el futuro que nunca leí. Ya solamente nos queda el resto de nuestra vida, duerme tranquila y despreocupate P.

viernes, 16 de diciembre de 2011

casi un año

casi un año sin pasar por acá y la conclusión es muy simple, otra vez me empiezo a quedar solo.
el esfuerzo valió la pena, pero no fue suficiente. Estoy paradojicamente feliz, porque sé cuanto puedo dar y cuanto puedo soportar.

viernes, 21 de enero de 2011

martes, 18 de enero de 2011

200 palabras para ti

mcdb

Y como siempre, llena de precariedades, de incertidumbres, de gratas y no tan gratas sorpresas, la vida nos encuentra y nos aleja, nos reúne en una mirada, en un tímido, espontaneo y corto pero intenso acercamiento, donde se respira con dificultad cuando la precariedad es de presencia.

Un frio constante que penetra por las piernas, esa base que flaquea justo cuando te acercas, un frio que bloquea la mente y congela tu recuerdo, recuerdo que no puede resistirse a las veces que pasaste por esta cama, a esas alegrías que otorgan tus palabras, a esas ilusiones que se presentan y que están destinadas a encontrarse en toda una vida juntos.

Contento de querer pisar la tierra que tu pisas, de no maltratar nunca más tu fragilidad, de hacer de tus manos mi guía, de darte la caricia urgente que tu cuerpo necesite, contento porque eres la imagen de mi espejo, cuidas de mi vida y te cuido porque te quiero.

Tengo ganas de ser ese abrazo que te alivia, esos ojos que abran caminos y transmitan palabras, quiero que seamos nuestra fortaleza de mañana, sin más ni menos que un compromiso, cuidar nuestros sueños y ser siempre nuestras buenas noticias.

JEM

domingo, 28 de noviembre de 2010

Los aviones

mcdb

Probando fortuna,
con la complicidad de la noche
le pregunto a los diarios por ti,
las noticias me cuentan de la distancia,
la música me ofrece otra droga
distinta a tu recuerdo.

Y pensar que solo busco lo que nadie entiende,,
no propongo más de la cuenta
ni menos que una vida
para que me sigas haciendo temblar las piernas.

Mi esperanza depende de un avión
que me traiga tu sonrisa
con o sin maletas
las cargas siempre estarán y las llevaremos juntos.

Ya habrá tiempo de reír
cuando recordemos o intentemos olvidar,
vendrán canas que adornen nuestra casa
y nos perderemos en el porvenir.

JEM

jueves, 4 de noviembre de 2010

domingo, 10 de octubre de 2010

100

mcdb

Cien palabras que describan la melancolía o las ganas de llegar a la alegría, esa melancolía que recuerda una sombra, un camino por el que me alejé sin cruzar palabras y al llegar a ese desolado paisaje me encontré con la melodía de la esperanza, con el amanecer de noche, con las ganas de subir esa cuesta del olvido sin miedo a andar sin encontrarte, tocó entonces ordenar papeles, enfadarme y abrazarme a tu ausencia, enfrentarme a mis desplantes, a mis ganas y a mis intentos.

Hoy estoy sentado donde siempre, esperándote, buscándote, en ese camino que se llama alegría.