lunes, 17 de mayo de 2010

Uno que de vez en cuando se enfrenta al espejo,
a veces por error, otras por obligación,
quizás por simple curiosidad,
enfrentamos a ese enemigo inmóvil.

Puede que nos encuentre pasivos,
con sueño, con resaca, sin miedos,
con muchos miedos, solos,
con pareja o con despareja.

La soledad cuando está acompañada
es más sola,
es ese juez que tenemos colgado en la pared
quien nos lo comenta.

Buscamos en esa mirada que es nuestra
alguna respuesta.
Como siempre nos cansa la espera
y abandonamos antes de que el espejo nos de la respuesta.

Ya sin respuesta, pero con los mismos miedos,
ya sin resaca, pero lleno de recuerdos,
ya solos, pero acompañados,
volvemos frente al espejo.

Él sólo nos muestra la otra cara que nosotros no vemos.

JEM

1 comentario:

Jose Raul Yoris F. dijo...

Mi Pana... Esta Brutal!