Siempre fui fanático de Sui Generis, pero les confieso que había una canción de esas que te choca escuchar, a pesar de que es buena, pero mi rechazo respondía a mi instinto de cobardía que inconscientemente se manifestaba cada vez que tan solo escuchaba o leía el título.
Esta canción era pues, como los payasos para algunos niños, que en vez de alentarlos, divertirlos, ilusionarlos, simplemente les cagaban la fiesta. El solo título me producía un repudió parecido a aquél que me producen los putos Mariachis, que siempre llegan en el mejor momento de la fiesta, justo cuando ya tienes a la chica que miraste durante toda la noche bailando contigo, ya hiciste el repaso biográfico, es decir, solo quedan pocas cosas por hacer antes de besarla, en ese instante siempre llegan los payasos, perdón los Mariachis, que por alguna extraña razón nunca son Mexicanos; y con su llegada coincide que la chica se va a casa con su mejor amiga porque le deprime la música ranchera, es en ese instante cuando salta el Tío de la anfitriona o del anfitrión, que esta mas ebrio que ninguno en la fiesta y también se vuelve payaso, perdón Mariachi y ya no queda fiesta, solo queda irse.
Este repudio del que les cuento, tuvo su declive hace poco mas de una semana, cuando tuve la oportunidad de acudir a uno de los mejores conciertos que he presenciado, estuve en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela disfrutando de un gran uruguayo, Jorge Drexler, brindó desde mi punto de vista, un recital que nadie esperaba, superó todo tipo de expectativa entre los asistentes, eso sí no puedo dejar de criticar a quien le precedió, pues era una copia de Drexler, solo que mala. Luego de que Drexler salió del escenario para hacer la rutina de los cantantes, en la cual nos engañan diciéndonos que se van, y nosotros le seguimos la rutina y le gritamos que canten otra (por cierto, que siempre me he preguntado dos cosas con respecto a eso, ¿quién habrá sido el pionero de tal costumbre? Y ¿Qué pasaría si nadie le sigue la rutina?); volvió como era de esperarse y entonó una pieza que hoy me tiene acá escribiendo estas líneas con poca coherencia, dentro de su canción Drexler afirmaba que le parecía raro que fuese ella quien le acompañara, ya que nunca supo bien como estar solo.
Entendiendo, como entendí la magistral composición, deje de repudiar aquella canción de Sui Generis, pues entendí que ya me estaba empezando a quedar solo y que si Nito y Charly hubiesen tenido Internet en esa época, dijeran entre otras cosas en su canción, que tendrían un blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario